viernes, 3 de septiembre de 2010

Nota a Juan Pablo Carrizo 03/09

Por Verónica Drygailo

Pasaron poco más de cuatro años desde que Juan Pablo Carrizo debutó en el arco de River. Se fue. Volvió y salió campeón. Enseguida, se le dio otra posibilidad de probar suerte en Europa, pero el destino lo trajo nuevamente a Núñez y los hinchas “millonarios” lo recibieron con el mismo cariño de siempre. “Llegué con mucha ilusión, sabía que íbamos a tener un año muy difícil, pero por suerte arrancamos bien. Tal vez, todavía no logramos jugar como queremos, pero conseguimos resultados que es algo más que importante. Esto nos da margen para ir corrigiendo los errores”, comentó en una charla con “La Hora de River”.


-Se viene Vélez, aunque perdió con Boca, se trata de uno de los mejores equipos del fútbol argentino, ¿Coincidís?

-Sí, me parece que Vélez y Estudiantes son los rivales más difíciles hoy. Nos falta para llegar al nivel que tienen, pero estamos poniendo todas las ganas para lograrlo. Estamos punteros y no queremos dejar de estarlo. Va a ser un partido muy abierto, ganará el mejor.


-¿Esperabas este recibimiento tan afectuoso de parte de los hinchas?

-La verdad que no, pero me llena de felicidad, me hace sentir cómodo. Creo que todos los seres humanos necesitamos afecto y yo acá, lo encuentro. Espero retribuir este cariño con buenas actuaciones y logrando el objetivo que el club se merece. He pecado por inmadurez varias veces y dije cosas que se que no cayeron bien. Sinceramente, no pensaba que me iban a ovacionar en la primera fecha. Creía que eso se daría más adelante si las cosas me salían bien, pero los hinchas me sorprendieron con el cariño que me demostraron.


-¿En que cambiaste desde aquellos primeros partidos en primera?

-Casi en nada, sólo que tengo unos años de más y maduré. Crecí y me fui dando cuenta de mis errores. A medida que va pasando el tiempo, uno se hace más conocedor del ambiente. Ahora, mido las palabras que expreso porque se que pueden generar algún conflicto y quiero evitar los problemas. Sigo siendo la misma persona, con más seguridad porque me he ido conociendo a mi mismo.


-¿Qué aspectos mejoraste profesionalmente?

-Hoy me siento más completo, con la experiencia necesaria para aportarle cosas al grupo. A mí, me tocó ser suplente en algún momento y se lo que se siente, entonces siempre trato de hablarle a los compañeros que pasan por esa situación. Lo importante es mantener cierta unión en el grupo, eso lo aprendí con el tiempo. En lo futbolístico, también evolucioné. Estoy más atento, antes quizás arriesgaba de más y ya no lo hago. Es como que veo el fútbol de otra manera y eso me permite resolver jugadas que antes me costaban.


-¿Lo conocías a Cappa?

-No, me habían contado que le gustaba el buen juego, pero… otra cosa es verlo trabajar. Me sorprendió que le dé mucha importancia al trato de la pelota. Es un técnico con conceptos simples, muy claro. Es una persona que no te carga de presión, sino que te da libertad y respaldo a la vez. Uno se siente confiado y demuestra todo su potencial. A mí, si un entrenador me pone límites es como que me corta mi forma de ser y mi potencial. Angel te respeta, siempre que sea en beneficio del grupo.


-¿Hay posibilidades de imponer ese estilo de juego en el fútbol argentino de hoy?

-Cuesta, pero yo creo que se puede. Seguro que habrá equipos que no te dejarán hacerlo, aunque nosotros vamos a intentarlo y si conseguimos sostener ese estilo durante todo el torneo, vamos a ganar más partidos. Y si no podemos jugar bien por las circunstancias que te pone el adversario, entonces habrá que poner ganas y coraje para conseguir el triunfo. Teniendo la pelota, todo se hace mucho más simple, de una manera u otra, lo logras. Ojalá podamos llegar tranquilos a fin de año y conseguir el objetivo.


-Como te cuesta decir “campeón”…

-Por ahora, no lo voy a decir, yo hablo de un objetivo.


-Cuando abrís el diario, ¿mirás que van primeros o los promedios?

-Las dos cosas, uno siempre quiere pelear arriba, pero no hay que olvidarse de lo de abajo. Igual, nos motiva mucho estar primeros en la tabla. En las dos cosas, el grupo sabe que dependemos de nosotros mismos.


-Dejando de lado por un rato el fútbol, también te cambió la vida en lo personal

-Sí, ya tengo una nena de dos años y dos meses, Delfina. Ella me hace ver la vida de otra manera. Ser padre te hace madurar, uno ya ocupa otro rol y tiene que dejar un poco el temperamento y los impulsos para darle un buen ejemplo a mi hija. En el día a día, te da vuelta todo. La rutina con un hijo es diferente. Yo me despierto a las ocho, lo disfruto con ella. Trato de estar la mayor cantidad de tiempo posible. Delfina fue muy importante en los malos momentos. En estos dos años que estuve con tanta irregularidad, que no sabía que iba a pasar conmigo en lo profesional, me cambiaba todo cuando llegaba a casa y la veía a ella. Me hacía olvidar de todo, se convirtió en mi cable a tierra. Es la única persona que puede cambiarme totalmente el estado de ánimo.

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